La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha puesto el punto y final, este viernes, a los Cursos de Verano 2016, en Santander, tras haber recibido a 6.000 alumnos, creciendo por tercer año consecutivo, y a 2.500 ponentes, con un acto en el que ha sido investido Doctor Honoris Causa el genetista Andrés Moya, un «pensador desde la ciencia», y en el que se ha otorgado el XXX Premio Internacional Menéndez Pelayo al filólogo Miguel Ángel Garrido por su contribución al «neohispanismo».

A estos 6.000 matriculados hay que añadir otros 1.500 oyentes invitados y asistentes a congresos y diferentes actividades académicas. Además, en Las Llamas se han realizado cursos relacionados con la enseñanza del español y formación del profesorado, a los que han asistido aproximadamente 1.600 alumnos de 48 nacionalidades diferentes.

En total, en esta edición en Santander se han desarrollado «más de 200″ propuestas académicas», con 12.500 asistentes, según los datos provisionales dados a conocer en la clausura por el secretario general de la UIMP, Álvaro Gutiérrez Berlinches.   

De los 200 cursos, 158 han sido en la sede del Palacio de la Magdalena, donde se han abordado todas las disciplinas y áreas de conocimiento universitario, y 66 en Las Llamas.

En cuanto a las actividades culturales, cerca de 70, las que han obtenido una mayor respuesta del público han sido las vinculadas con las artes escénicas, las sesiones literarias y los conciertos de música antigua.

La UIMP ha cerrado esta edición, otorgando dos nuevos reconocimientos, los concedidos a Moya y Garrido.

Con el XXX Premio Internacional Menéndez Pelayo se ha reconocido la «contribución» de Garrido al progreso en la investigación y promoción del hispanismo, y, como prueba de ello, el lingüista y gramático Ángel López García-Molins, encargado de su ‘laudatio’, ha opinado que, si éste no hubiera existido y tampoco los trabajos que ha realizado, sería una «tragedia para la ciencia española de la literatura».

 Por otra parte, este viernes el genetista Andrés Moya se ha convertido en el tercer Doctor Honoris Causa nombrado este año por la UIMP, tras el científico Philip Russell y el escritor Mario Vargas Llosa.

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