El censo de oso pardo en la Cordillera Cantábrica se ha triplicado. De 80 ejemplares que había a principios de los noventa a unos 240 que se estiman en la actualidad.    

Una cifra «aproximada» –es imposible tener el número exacto– y que a los expertos les «permite ser moderadamente optimistas» en lo que se refiere a la «conservación y sostenibilidad» de esta «especie amenazada» que este viernes y sábado, 17 y 18 de junio, es la gran protagonista en Potes de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC).

«Hay muchos elementos que juegan a favor del oso pardo porque es un animal que cada vez ha sido más aceptado socialmente y las principales amenazas que había para su extinción se han ido diluyendo», ha subrayado el profesor de Geografía Física del Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio de la UC, Juan Carlos García Codrón, antes de inaugurar el monográfico.    

Con la colaboración del Ayuntamiento de Potes y la Fundación Oso Pardo (FOP), el curso ‘Gestión del hábitat y conservación del oso pardo’ «quiere poner en común distintos planes de actuación que permitan la coexistencia del animal en hábitats rurales que están en constante evolución por la crisis del sistema rural», ha apuntado el también director del curso, que incluye un trabajo de campo por la comarca de Liébana para observar los actuales usos del suelo y los hábitats, «quiere subrayar esa idealización que actualmente existe» del oso pardo y que está derivando en un «reclamo turístico» cada vez más «intenso», ha indicado García Codrón.

 Así, aunque en los últimos años «se entiende que contar con un número importante de osos es un beneficio y una suerte, sinónimo de una montaña de buena calidad», esta aceptación social también tiene algunos inconvenientes, pues desde «una sociedad fundamentalmente urbana se infravaloran los riesgos que tiene un animal que no es agresivo pero que no deja de ser salvaje», ha explicado.

De este modo, el curso también quiere «canalizar» posibles mecanismos que logren un «equilibrio» entre el reclamo turístico y la garantía de que el acercamiento a los osos pardos no suponga «un riesgo ni para los humanos ni para los animales», ha apostillado el profesor de Geografía de la UC. De hecho, las jornadas se cerrarán este sábado con una mesa redonda, moderada por el presidente de la FOP, que abordará precisamente los ‘usos humanos y el hábitat del oso pardo’.

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