La Fundación ONCE ha traído a Santander una vivienda inteligente, con un centenar de soluciones tecnológicas repartidas por sus más de cien metros cuadrados, y con la que demuestra que accesibilidad y estética «no están reñidas».

La casa consta de hall de entrada, salón, cocina-comedor, dormitorio y baño. Esta equipada con dispositivos que permiten, por ejemplo, subir o bajar persianas desde una tablet, ajustar la altura de la cama con mando a distancia, o detectar caídas de los habitantes.

Además, elementos como el lavabo y la encimera son regulables a la altura del usuario, y electrodomésticos como el frigorífico o la lavadora son accesibles desde el teléfono móvil, que permite programar lavados, por ejemplo.

La vivienda, que incluye en el baño suelo antideslizante o un secador para todo el cuerpo, se puede visitar desde este lunes hasta el próximo miércoles en la explanada del aparcamiento del estadio del Sardinero, donde quienes se acerquen -en horario de 10.30 a 20.30- podrán comprobar que la accesibilidad es «positiva para todos».

Y es que esta casa se ha concebido bajo criterios de confort y teniendo en cuenta la adaptación de sus habitantes, facilidad de uso, seguridad, sostenibilidad y estética.

Así lo ha destacado el jefe del departamento de Tecnologías Accesibles de la Fundación ONCE, David Zanoletty, quien ha apuntado que todas las soluciones tecnológicas que se exhiben son «productos reales» y están disponibles por tanto en el mercado.

En este sentido, ha señalado que lo deseable es que estos avances se planteen desde el momento de la construcción del inmueble, antes que de cara a una posible reforma o de que se sopese su compra.

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