El alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, ha afirmado que el nuevo espacio de Gamazo, que desde este jueves está abierto al uso ciudadano, es «un ejemplo de modernidad», y que una ciudad «debe siempre aspirar a más, ser ambiciosa en los planteamientos, ser transgresora y arriesgar y no ir a lo fácil, a lo sencillo, a lo que no genere debate o cierta polémica».  Durante la inauguración, De la Serna ha dicho que este proyecto «aporta un gran valor a la ciudad» y se corresponde con una línea de actuación, como la que sigue el equipo de Gobierno, que pretende «vencer las inercias para avanzar hacia el futuro» dispuestos a «hacer de esta ciudad una de las más bellas y modernas de la geografía nacional».

El alcalde ha destacado que, por primera vez, se ofrece, junto con la duna escalonada, la oportunidad de «prácticamente besar las aguas de la bahía» desde un espacio que se ha recuperado y que «tiene todo de innovador», desde el concepto de la construcción, con una superficie removible, hasta la «adecuada combinación» entre las áreas verdes, la vegetación, los árboles y las zonas pavimentada y ha hecho hincapié en que la superficie verde es «pisable cien por cien» y ha animado a los ciudadanos a disfrutar del paseo y de la estancia tanto en los espacios de césped como en los bancos y las tumbonas. «Este es un espacio para que la gente disfrute, no sólo mirando sino estando», al tiempo que ha señalado que este tipo de actuaciones, vanguardistas, permiten a Santander avanzar como ciudad y ha explicado que se abren al uso público cerca de 12.000 metros cuadrados y ha agradecido la colaboración de la Autoridad Portuaria, que ha hecho posible que, la ciudad recupere alrededor de 75.000 m2 de su frente marítimo que antes eran inaccesibles.

Los autores, FDA Arquitectos, han proyectado un jardín removible con un nuevo paseo peatonal más próximo al mar (310 metros lineales); zonas verdes de esparcimiento y estancia (5.740 metros cuadrados) y áreas de descanso y disfrute del paisaje marítimo (17 bancos y 40 tumbonas), donde convivirán, los usos deportivos anteriores en la actual rampa de varada, y la pesca deportiva tradicional frecuente en el área. Las superficies duras y las zonas verdes son flotantes y desmontables que no degradan su base soporte.

El proyecto plantea un camino peatonal que acerca al paseante al borde del agua, y una zona de «terraza» más al sur. Las zonas verdes no pisables son la zona límite de encuentro entre las plataformas pavimentadas y el cantil de piedra existente, mientras que las zonas verdes pisables ocupan la mayor superficie dentro del ámbito y a la manera de «playa» proporciona amplios espacios ajardinados y sin obstáculos para jugar, tomar el sol,

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