El Parque de la Naturaleza de Cabárceno suma una nueve especie a las cerca de 150 que ya conviven en la instalación con la incorporación de cinco monos de Brazza. Los nuevos primates compartirán espacio con la familia de gorilas y contribuirán, con ello, a estimular a estos últimos.

La empresa pública Cantur, encargada de la gestión de la instalación, ha incorporado esta nueva especie con un doble objetivo. Por una parte, ofrecer un nuevo atractivo para los visitantes y, por otra, con la llegada de los cinco ejemplares de Cercopiteco Brazza (Cercopithecus neglectus), se busca iniciar un proceso de «enriquecimiento» con los gorilas.

Mezclar varias especies de primates es habitual en los parques y con ello se consigue que los animales interactúen y cuenten con más distracciones. En Cabárceno, se busca que los ocho gorilas que viven en el parque, tres de ellos nacidos en la instalación cántabra, tengan a partir de ahora un nuevo estímulo y puedan jugar con los monos de Brazza.

«Después de un tiempo en el que los gorilas ya se han habituado a convivir entre ellos, ahora hay que buscar nuevos entretenimientos. Es un protocolo muy usual en el manejo y cuidado de primates en cautividad», señalan los responsables del parque.

Los cinco monos proceden de distintos puntos. Dos han llegado desde el Zoo de Barcelona, dos del Bioparc de Valencia, mientras que el quinto ha sido cedido por el Zoo de Córdoba.

Son 3 hembras adultas, un macho adulto y un macho joven, con edades entre los 2 y 19 años que permanecerán, durante unos días, en la zona de reserva del recinto de gorilas mientras se habitúan, antes de pasar al espacio grande y mezclarse con los primeros.

Conocidos como monos Obispo por la coloración blanca de su barba en contraste con el negro del resto de su cuerpo, son primates pequeños, si los comparemos con los gorilas ya que su peso oscila entre 4 y 8 kilos. En edad adulta pueden llegar a medir 60 centímetros. Otro de sus características es que poseen una larga cola de entre 47 a 78 centímetros. Son originarios de las selvas húmedas africanas y aprenden a nadar desde pequeños.

Los nuevos ejemplares compartirán con los gorilas un espacio exclusivo de 14.500 metros cuadrados. El recinto, uno de los más grandes de Europa, se divide en un ‘hogar’ interior de más de 800 metros cuadrados y con amplias cristaleras que facilitan observar a los animales en su vida cotidiana y dormitorios, mientras que el exterior tiene zonas rocosas y árboles que permite a los primates sentirse en un hábitat cómodo y familiar.

La visita al recinto se completa con una exposición didáctica que acerca al visitante al conocimiento de las costumbres y formas de vida de esta especie, así como con una reproducción de la cabaña en la que trabajaba la zoóloga norteamericana Dian Fossey.

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