El psicólogo forense y exdefensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, ha pronosticado este jueves en Santander que la «realidad horrorosa» de la violencia de género en España «va a ir a más», entre otros motivos, por la falta de educación en «empatía» y porque no se educa para afrontar el hecho de que un «75 por ciento» de los jóvenes vivirán rupturas sentimentales.

Así, ha valorado que la realidad de la violencia de género se produce por razones como que se educa «de forma distinta» a niños y a niñas, de tal forma que a la niña se le transmite que «todo» es para lo demás, mientras que a los niños se le transmite «todo para ti». Por este motivo, Urra ha alertado de que España tiene «un gran problema» con este tipo de violencia.

Además de asegurar que le «preocupa muchísimo» la violencia de género entre los adolescentes, Urra ha explicado que la violencia de género es un aspecto que es «estructural» y «se da en todos los países». Aunque al hacer la comparación entre la cifra de mujeres asesinadas «por puro machismo» en España y otros países del Mediterráneo con respecto a los nórdicos, ha aclarado que «no estamos mal» y ha hecho referencia a la llamada «paradoja nórdica».

Urra ha hecho estas afirmaciones durante una rueda de prensa en los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, con motivo de su participación en la ‘XVII Escuela de Psicología «José Germain»‘, que en la presente edición aborda los problemas psicológicos en la infancia.

Al mismo tiempo, ha defendido que hay que «feminizar» la sociedad en el sentido de que hay que «hacerla más sensible» porque «sigue habiendo muy pocos enfermeros, sigue habiendo muy pocos hombres en la educación de cero a seis años, sigue habiendo muy pocos hombres que cuidan a ese abuelo o abuela que tiene demencia».

«Es por ahí por donde tenemos que empezar a girar. La revolución de la mujer ya está hecha, queda mucho por hacer en igualdad, pero la han iniciado», ha reivindicado Urra.

Cuestionado sobre si la solución a la violencia de género pasa por la educación más que por la imposición de penas más duras, ha afirmado que estas suponen «poner esparadrapos cuando te están bombardeando».

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