Voluntarios del programa Provoca, en colaboración con el Ayuntamiento de Campoo de Yuso, han creado en Quintanamanil la primera microrreserva de Cantabria para el combate biológico de las plagas con anfibios. Para ello, se ha recuperado un pequeño terreno degradado y abandonado y establecido un parque de batracios.

Las microrreservas, como apuntaron los promotores de la iniciativa, «son un invento español, que permite con poco esfuerzo y pequeños recursos, preservar de una manera espectacular y muy eficaz el patrimonio natural». Las microrreservas tratan de proteger mejor a pequeñas poblaciones de especies cuyos diminutos hábitats suelen estar dispersos y excluidos de otras figuras de protección.

Esta figura, creada en la Comunidad Valenciana, se ha extendido a Castilla-La Mancha, Castilla y León y otras regiones con un éxito espectacular, subrayaron desde el Campoo de Yuso, y señalaron que se trata de una medida que puede resultar de importancia para preservar en Cantabria a la flora botánica rara, praderas secas con orquídeas, microhumedales, prados húmedos, juncales, hábitats de sustitución como graveras o arenales y pequeños parajes de gran interés. Ahora se quiere implantar esta figura en Cantabria y demostrar que puede proteger nuestra herencia natural.

Durante la jornada se han recuperado arenales vivos, charcas soleadas efímeras y zonas de vegetación rala y pionera. Estos hábitats, son albergue de especies de anfibios beneficiosas, que luchan contra las plagas de los campos y los prados, cazando insectos.

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