La música clásica sonará mañana viernes, 4 de noviembre, a las 20.30 horas en el Palacio de Festivales de Santander, gracias a la Academia de Música Antigua de Cantabria, que tocará ‘Les Nations’ de Couperin bajo la batuta de Alfonso Sebastián. 

Con las cuatro suites que integran la composición del maestro francés, reconocido por sus contemporáneos como «El Grande», la Academia viaja hacia el delicado siglo XVIII del país galo, para conocer cómo entendían entonces los diversos estilos nacionales, a qué llamaban exactamente música española o piamontesa, qué ritmos y melodías habían sido capaces de traspasar fronteras.

Y ese viaje se hace además de la mano de un conjunto nacido en Cantabria que proyecta su sabiduría musical, su profesionalidad y trabajo desde nuestra tierra hacia la emoción universal. Fundada por músicos cántabros, la Academia Música Antigua de Cantabria es una agrupación instrumental que se inscribe en el denominado movimiento interpretativo con criterios historicistas.

De reciente creación, cuenta, no obstante, en sus filas con músicos experimentados que han formado parte de los elencos más destacados en el mundo de la interpretación histórica: Hippocampus, La Real Cámara, Vox Luminis, La Spagna, Secretvm, La Folía, Ensemble Méridiem, La Capi l la Real de Madrid* trabajando con directores como Ton Koopman, Ryo Terakado, Peter van Heyghen, Jordi Savall, François-Xavier Roth o Christina Pluhar.

La Academia tiene entre sus objetivos difundir la música antigua, especialmente renacentista y barroca, con el soporte de instrumentos originales o copias fidedignas para, partiendo de su propia revelación sonora, ambicionar la más firme aproximación estilística.

Pero nace, además, con una vocación pedagógica, no solo por intentar hacer llegar esta propuesta artística a todo tipo de públicos, sino también por ofrecer la posibilidad de que los jóvenes talentos musicales de Cantabria puedan vivir la experiencia de iniciarse en la interpretación histórica, contactar con los instrumentos genuinos y ampliar el horizonte de sus propias expectativas profesionales.

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