En el Curso de Verano de la UC que se ha celebrado en Suances sobre la temática del cambio Climático, el presidente de Future Earth Spain, Emilio Ortega Casamayor, ha resaltado la necesidad de que aparezca «un líder carismático mundial» que sepa valorar que las medidas que se adopten son «de aquí a 50 o 100 años», ya que «puede que lo que se decida ahora, el premio se lo llevé la siguiente generación».

Según ha insistido, faltan «esos líderes carismáticos que son los que mueven las cosas y los que provocan cambios abruptos», deseando que «ojalá se esté gestando ahora uno en alguna parte del planeta». El experto ha participado en el seminario ‘Estrategias organizativas para abordar la investigación del cambio ambiental global desde Europa’ que dirige el profesor Pablo Fernández de Arróyabe.

Según Ortega Casamayor, quienes tienen que poner en práctica soluciones o medidas contra el cambio ambiental global son los gestores o los políticos, pero para que se rompa la inercia y las presiones que tienen, debe producirse «un empuje» de la sociedad para que sea ésta «la que fuerce los cambios y también se ha referido al trabajo realizado por los científicos que hace ya 35 años empezaron a detectar anomalías en la evolución del clima y, desde entonces, términos como cambio climático, pérdida de biodiversidad o gobernanza global, «se han hecho hoy» comunes y conocidos entre la sociedad.   

En su opinión, la gobernanza global «tendría que venir» de Naciones Unidas, como organismo mundial que marcara directrices que fueran respetadas porque se conseguiría un doble objetivo. Primero, que «la gente entienda porqué se adoptan medidas y que hay que cambiar actitudes», y segundo, que «la teoría y la dialéctica llegue a acciones concretas».

Para ello, además, «hace falta gente valiente que tome decisiones de riesgo», medidas que, para comprobar su eficacia, deben ser «probadas, analizadas y rectificadas a tiempo si es necesario».    En este sentido, ha indicado que los comités de investigación, tanto nacionales como internacionales, están en la primera fase de afianzar la parte científica y de «tener las ideas claras y los argumentos» para, con ellos, ir a las instituciones y «a los que tienen el dinero», para «convencer y seducir» de la necesidad de actuar de forma efectiva ante el cambio ambiental global.

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