Más de 800 personas han visitado el Centro de Interpretación de la Catedral, desde su apertura el pasado 1 de mayo, ha destacado este sábado el Ayuntamiento.    Las visitas gratuitas se realizan de lunes a domingo, en horario de mañana y de tarde, en grupos de 10 personas, previa inscripción en la Oficina Municipal de Turismo de los Jardines de Pereda.

El Centro de Interpretación de la Catedral ‘cierra’ el anillo cultural de Santander, aunando diferentes etapas de la ciudad -romana, medieval, Renacimiento, Barroco- y completando un recorrido por el pasado, presente y futuro de la misma.   

La torre, que hasta ahora estaba cerrada al público, se ha convertido en un nuevo espacio visitable y, desde su parte más alta, se puede contemplar una singular vista del centro de Santander, gracias al proyecto redactado por José Luis Casado Soto y Joaquín González Echegaray.

Con su ejecución, la ciudad «ha rendido un merecido homenaje a dos personas que se volcaron en la recuperación y puesta en valor del patrimonio histórico santanderino». El conjunto monumental de la Catedral de Santander fue declarado Monumento Nacional en 1931.

En el Centro de Interpretación es posible explicar, en muy poco espacio, una secuencia de la historia de la ciudad de Santander, ya que el discurso y los elementos expositivos, pretenden mostrar a través de unas pocas, pero seleccionadas, piezas, algunos de los hitos más señeros del pasado de la capital de Cantabria.  Y en la actual Parroquia del Cristo -o Iglesia Baja- se conservan testimonios de la ocupación del primitivo Cerro de San Pedro desde época romana hasta avanzada la Alta Edad Media. De hecho, es también en este lugar donde permanecen las reliquias de los santos Emeterio, Celedonio y Germán y añadió que sobre este antiguo santuario se erigió, en el siglo XIII, la abadía-colegial de Santander.

Era en la Sala Capitular, donde durante la Edad Moderna se celebraban los concejos y, por ello, en este ámbito se explica la evolución urbanística desde la villa medieval hasta la ciudad actual.  Una maqueta de Santander en 1755 y un audiovisual adjunto ayudan al visitante a comprender dicha evolución.

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