La bandera LGTBI ondea, desde el miércoles y hasta el próximo domingo, 2 de julio, en la sede del Ejecutivo regional, en Puertochico.
La vicepresidenta y consejera de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social, Eva Díaz Tezanos, asistió al izado de la enseña multicolor, que por primera vez luce en el exterior de la sede del Ejecutivo regional.
De este modo el Gobierno de Cantabria se suma a la celebración del Día Internacional del Orgullo LGBTI (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales) y expresa su compromiso para garantizar la igualdad de todas las personas independientemente de su orientación sexual e identidad de género.
Este año se conmemora el 40 aniversario de la primera manifestación del Orgullo LGTBI celebrada en España, «una reivindicación pública que sigue hoy siendo necesaria», ha asegurado la vicepresidenta.
«La Comunidad Autónoma de Cantabria quiere seguir avanzando en esta conquista social y comprometerse para que Cantabria sea una tierra ejemplo de pluralismo y respeto, y aunque aún nos queda mucho camino por recorrer, asumimos nuestra obligación de no olvidar y de evitar que esta realidad desaparezca de la conciencia pública y de los medios de comunicación» ha subrayado Díaz Tezanos.
Con este gesto ha asegurado que desde el Ejecutivo regional se muestra también el «reconocimiento y apoyo a las organizaciones sociales LGTBI por sus años de lucha y Orgullo y porque detrás de cada derecho está su lucha activista y estamos decididos a involucrarnos en visibilizar la presencia de la comunidad lésbico, gay, bisexual y transexual en nuestra sociedad y a defender sus derechos a través de una Ley autonómica».
En palabras de Díaz Tezanos, «sigue siendo necesario empoderar a las personas LGTBI, para avanzar en la libertad y diversidad y en el respeto a los derechos humanos hacia un mundo libre de discriminación legal, social y libre de violencia por motivo de orientación e identidad de género».
Según la vicepresidenta, a pesar de los avances experimentados y de que se han dado ya muchos pasos a nivel global, europeo y nacional para convertirlo en una cuestión de Derechos Humanos, el proceso de reconocimiento de la orientación e identidad de género «está lejos de concluir».