Investigadores españoles han descubierto en las Cuevas de Altamira, en Santillana del Mar (Cantabria), una nueva especie animal: un Nueva  perteneciente al género Pseudosinella. Los colémbolos son un grupo de artrópodos hexápodos (de seis patas) parecidos a los insectos, que disponen de un órgano especializado para el salto.

El estudio, publicado en la revista ZooKeys, está dirigido por los investigadores de la Universidad de Navarra Enrique Baquero y Rafael Jordana, junto a la bióloga Lucía Labrada y el consultor ambiental y bioespeleólogo Carlos González Luque, ha informado la institución académica en nota de prensa.

La especie ha sido bautizada con el nombre Pseudosinella altamirensis y, por la forma en que se comporta en las Cuevas de Altamira, los científicos ponen bajo sospecha que pueda actuar como vector de dispersión de ciertos microorganismos, ya sea porque se quedan adheridos a su cuerpo, o por ser digeridos y dispersados con sus excrementos.

Enrique Baquero, que ha liderado el estudio, ha explicado que Altamira es una cueva especialmente sensible, pues presenta una diversidad microbiana muy elevada. «Los colémbolos son casi todos fungívoros (comen hongos). En una cueva donde hay pinturas valiosas pueden hacer llegar esporas de hongos a ellas y se podrían deteriorar», ha asegurado.

  Por eso, los investigadores proponen desarrollar un estudio «para averiguar si Pseudosinella altamirensis (la nueva especie descrita) es un problema o no», ha explicado el profesor de Zoología y Ecología, e investigador del Instituto de Investigación en Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad de Navarra (BIOMA).

Saber si actúa como vector de dispersión de microorganismos, según Lucía Labrada, es fácil de comprobar si se observa al microscopio el tracto digestivo del colémbolo.

«Hemos sugerido a la dirección del Museo de Altamira investigar si mantienen un intercambio de bacterias con las colonias que viven en techos, paredes y suelos, contribuyendo así a la dispersión y diversificación de las comunidades bacterianas presentes en la Cueva, sobre todo las implicadas en los procesos de biodeterioro», ha señalado Labrada.

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