La caries es la enfermedad más frecuente en los niños españoles de entre 4 a 13 años, cuyo 50% tuvo algún tipo de afección bucodental en el último año. La premisa surge del Estudio de Salud Bucodental que realiza Sanitas.

No es una estadística nueva. Ya en 2010, el Libro Blanco de Odontología advertía lo mismo para los niños españoles de entre 2 a 12 años, debido a la deficitaria atención de los padres en la higiene dental de sus hijos.

Es así como la caries se ha convertido en la enfermedad crónica infantil más común entre los niños españoles, y en la que los profesionales de ortodoncia en Alcalá de Henares están enfocados. En el estudio de Sanitas se explica que la caries está asociada a un desequilibrio de la flora intestinal causado por el consumo exagerado de azúcar, algo común en los niños. Ya es considerada una enfermedad azúcar-dependiente.

Los alimentos procesados ricos en azúcares que abundan en los estantes de los supermercados solo han logrado repuntar las estadísticas de la caries en los niños y especialmente en los preescolares.

Es por ello que los dentistas en Alcalá de Henares hacen hincapié que la tarea de evitar la aparición de la caries comienza en casa y se refuerza con el odontopediatra. Los padres deben inculcar rutinas de higiene dental y hábitos que se conviertan en algo sagrado.

Una caries es tan peligrosa en un diente de leche (o temporal) como en uno permanente. Y la razón es que si no se trata a tiempo, la infección llegará a la raíz, se formarán abscesos en la encía y afectarán la posición del diente definitivo, provocando más riesgo de una maloclusión. Los odontopediatras recuerdan que perder un diente primario no es lo ideal, porque causa problemas en el masticado (la alimentación y el desarrollo físico) y en el habla del niño.

En la caries vale la prevención, que se cumple con sencillos pasos: el primero, una exhaustiva higiene bucal desde que se es un bebé, con una regia supervisión hasta los 12 años; el segundo, las visitas periódicas al odontopediatra, desde los 6 meses de edad; y, tercero, una vigilancia estricta de la alimentación (enseñar al niño a masticar manzanas o zanahorias en vez de golosinas) y el aspecto de los dientes.

La caries es difícil de advertir a simple vista y sin el entrenamiento de un odontopediatra. Generalmente no hay dolor, y solo podría verse decoloración de los surcos de los dientes o manchas blancas.

La prevención es la única arma eficaz que existe contra la caries y otras enfermedades bucodentales que atacan desde que se es un bebé. Las primeras responsabilidades recaen en los padres, que deben preocuparse por la salud dental del pequeño, luego viene el trabajo del dentista y finalmente los hábitos que la persona haya obtenido durante su infancia. Es la clave para bajar los números de niños afectados por enfermedades bucodentales.

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