La X edición del ‘Proyecto Ríos‘ correspondiente a 2017 ha detectado residuos y basura en el 90% de los tramos analizados y especies invasoras, de fauna o flora, en el 62%.
Además, mientras el estado ecológico de los ríos es bueno o muy bueno en el 60% de los ríos en primavera, este porcentaje se reduce al 35% en otoño.
Son algunas de las principales conclusiones de los resultados del proyecto 2017 que han presentado hoy en rueda de prensa la vicepresidenta y consejera de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social, Eva Díaz Tezanos, el director general del CIMA, Jesús García, e Ignacio Cloux, miembro de la asociación Cambera.
Este último ha anunciado que la asociación, contando con datos de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y del Instituto de Hidráulica Ambiental, así como con los suyos propios, está elaborando un informe sobre la evolución del estado de los ríos en los últimos diez años que se presentará próximamente.
En este sentido ha adelantado que si bien en algunos casos la calidad del agua es buena y ha ido mejorando, también se han observado factores con incidencia negativa como la presencia de invasoras, la sequía, las afecciones humanas en las riberas, etcétera.
Sin embargo, no ha querido detallar cuáles son las principales afecciones de los ríos de Cantabria dados sus 4.000 kilómetros de extensión. En relación al de 2017, ha explicado que se ha contado con la participación de unos 661 voluntarios, que se han distribuido en más de un centenar de grupos de muestreo (sobre todo intregados por familias y amigos) realizados en casi cien lugares, lo que supone unos 50 kilómetros de ríos y riberas de Cantabria.
El 62% de los muestreos se han realizado en espacios protegidos de la Red Natura 2000. Por lo que se refiere a las afecciones a riberas, destacan la ocupación de los márgenes, puesto que solo una cuarta parte se encuentra en estado naturalizado. En el resto aparecen diferentes afecciones, desde especies exóticas a canalizaciones, vertidos, etc.
En definitiva, la mitad de los ríos de Cantabria presentan riberas con alteraciones «importantes», y se localizan principalmente en los tramos medios y bajos de todas las cuencas que vierten al Cantábrico y en las cabeceras del Ebro y del Camesa.
En cuanto a la calidad del agua, la diferencia entre primavera y otoño es muy importante, con la sequía que afectó a la comunidad en esta última estación. En primavera, el 60% de los ríos presentaban un estado ecológico bueno, mientras que la sequía y otras condiciones lo rebajan al 35% en otoño.
En torno a un cuarto de los ríos presentan un estado moderado, «que siempre puede ir a mejor», y un 18% en primavera y el 37% en otoño necesitan algún tipo de intervención de mejora para poder llegar al óptimo. Los principales problemas suelen ser plantas invasoras, canalizaciones, ocupaciones de las riberas, etcétera.