Los pesqueros cántabros han desembarcado ya cerca de un millón de kilos de bonito del Cantábrico desde principios de julio que comenzó la costera de esta especie y para la que la flota española en su conjunto tiene una cuota de 15 millones de kilos.
La directora general de Pesca y Alimentación, Marta López, ha considerado que la costera va «bastante bien» porque, aunque las capturas a estas alturas son similares a las del pasado año, el precio de venta está siendo «más alto» y las ganancias ascienden por el momento a casi cuatro millones de euros.
Además, ha destacado que la costera tiene este año una novedad y es que los pesqueros cántabros cuentan desde el pasado 2 de agosto con la certificación MSC para el bonito, un sello que «denota la insensibilidad que caracteriza a la pesquería de nuestra flota».
Ha indicado que el bonito empezó a «entrar bien a principios de julio», y se han capturado 976.000 kilos, y ha confiado en que «siga llegando como el año pasado hasta que ya no puedan más los barcos». Así el Gobierno confía que la costera del bonito se alargue.
También ha ensalzado que en esta costera los pesqueros están realizando las capturas «aquí cerca», en concreto se está extrayendo el bonito del mar Cantábrico cuando el año pasado se cerró la pesquería por las capturas en Canarias. Y ha asegurado que los pescadores están «tranquilos» y esperan que la cuota «nos dure todo lo que necesitemos».
Cuestionada por cómo están afectando a la costera del bonito las artes pelágicas que utilizan los pesqueros franceses, la directora general de Pesca ha reconocido que son un «problema» para la flota española que utiliza artes artesanales «que son muy selectivas» y con las que prácticamente se extraen los ejemplares «uno a uno». Frente a ello, ha indicado que las artes pelágicas de los franceses consisten en «arrastrar con redes y llevarse todo lo que se puede» lo que hace que sea un sistema «más agresivo» y con el que «pescado salga con problemas y sangrados».
«Este es un problema de operatividad» porque el bonito es «muy sensible y, si hay sangre en el agua o hay lío, no se acerca», ha añadido. Y es que, ha explicado, «donde están los arrastreros franceses» los pesqueros españoles «tienen problemas» y, por ello, ha indicado que «hay un conflicto muy fuerte entre los dos tipos de flotas» ante el cual el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) va a controlar la situación realizando vuelos sobre la zona de pesca.