El director de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria y del Museo de Prehistoria y Arqueología de la comunidad (MUPAC), Roberto Ontañón, ha señalado que las visitas públicas a la cueva de Altamira se podrán retomar cuando cambie la situación meteorológica y la cavidad «restablezca su régimen de funcionamiento natural».

Así lo ha señalado a preguntas de la prensa sobre el cierre provisional de cueva de Altamira a las visitas debido a una perturbación en la concentración de CO2 que es «natural y estacional» debido al clima en el exterior, un cierre que ha dicho que «está bien hecho» porque está ajustado al Plan de Conservación Preventiva y ha asegurado que los parámetros fundamentales de la cavidad, en concreto el CO2, se ha incrementado debido al «tiempo anticiclónico inusual» que hace en Cantabria durante este otoño e invierno.

«Llueve poquísimo y el tiempo es muy estable por lo que las condiciones de la cueva tienen muchísima estabilidad. La circulación del aire disminuye, se cierra el ambiente de la cueva y hay gases que proceden por infiltración desde la superficie o desde el subsuelo, como es el CO2, cuyos niveles aumentan en esta situación de gran estabilidad del ambiente de la cueva», ha explicado el director las Cuevas Prehistóricas de Cantabria.

Además de que el Plan de Conservación contempla el cierre provisional a las visitas ante «cualquier alteración en los parámetros fundamentales», en el caso del aumento de los niveles de CO2 hay que tener precaución porque, según ha señalado Ontañón, «se acidifica el agua, lo que puede tener consecuencias graves en la conservación de las pinturas por su potencial de deteriorar las mismas».

Por ello, ha insistido en que el cierre de Altamira a las visitas de los viernes, a las que acceden cinco personas durante 37 minutos, «está bien hecho» y evidencia, citando al que fuera durante 25 años director del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, José Antonio Lasheras, que «los cierres y aperturas de Altamira siempre son temporales».

Las visitas públicas a la cavidad, considerada de la ‘capilla sixtina del arte rupestre’, se han suspendido en tres ocasiones entre diciembre y enero al detectarse alteraciones en los niveles de CO2, pero esto «no quiere decir que en estas semanas el arte rupestre de la cueva de Altamira se haya puesto en peligro grave».

Y es que, el parámetro fundamental del CO2 «se ha sobrepasado de forma natural debido al clima» y, hasta que se recuperen los valores normales, «hay que evitar cualquier otro posible factor de alteración y uno de ellos es la entrada de cinco personas a la semana». «Por eso se decide suspender esas visitas hasta que los niveles se recuperen. Lo normal es que esta situación meteorológica cambie y que la cueva reestablezca su régimen de funcionamiento natural y entonces volverán a hacerse las visitas», ha dicho Ontañón.

El director de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria y el MUPAC ha destacado que en «pocas» cuevas de España se tiene el «nivel de conocimiento del funcionamiento» interno de la cavidad como en Altamira.

No obstante, y aunque el actual cierre provisional se contempla en el Plan de Conservación Preventiva, Ontañón ha considerado que «sería interesante» que se informase de esta situación al Patronato, que lleva año y medio sin reunirse. Cuestionado por una próxima reunión, ha señalado que «eso depende de las altas esferas porque hay que cuadrar las agendas de los patronos privados y los públicos».

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