Los implantes dentales deben cuidarse igual o más que la dentadura natural. “Son la solución para quien pierde una o más piezas de su boca, pero no deben ser desatendidos, pues cada vez ocurre con mayor frecuencia que los dentistas se encuentran con casos de periimplantitis, o infección de las encías asociada a los implantes”, afirman desde una clínica dental especialistas en implantes dentales en Madrid.

No hay dudas de que los implantes dentales han sido una de las grandes innovaciones de la odontología en los últimos treinta años, pero quienes los tienen en su boca deben aprender a mantenerlos sanos.

Cuando una persona pierde un diente, es sustituido por uno de porcelana, atornillado con una especie de clavo de metal en la cavidad bucal. Esa zona puede infectarse y provocar la inflamación de las encías. En el peor de los casos, esto puede llevar a la pérdida del hueso maxilar.

“Lo primero que debe hacer el paciente que ya tiene implantes dentales es realizarse chequeos regulares, especialmente si es fumador, ya sufría periodontitis, y si no se lava los dientes con el rigor exigido”, destacan desde esta clínica dental en Madrid.

La razón es clara: si una infección aparece y avanza en la zona donde está el implante, la mandíbula será corroída con el tiempo. Pocas semanas después, el implante perderá estabilidad y se aflojará.

Y esto se debe a que los implantes dentales no son diferentes de los dientes naturales. Deben limpiarse y mantenerse regularmente, con los mismos hábitos, como si fueran naturales: cepillarlos al menos dos veces al día, usar hilo y enjuague bucal y asistir regularmente al dentista.

“Hay señales que indican que un implante tiene una infección, y los síntomas son parecidos a los que experimentan cuando los dientes son los naturales. Pero tienen otro nombre: ya no es gingivitis, sino mucositis; y la periodontitis cambia a periimplantitis. En el primer caso, se observa inflamación en la encía que rodea el implante; si avanza, afecta el hueso maxilar”, señalan por otro lado dentistas en Santander.

La molestia puede ser leve, por lo que cuando aparezca el dolor puede ser que ya la infección esté en el hueso de la mandíbula. De allí la importancia de que un dentista haga revisiones periódicas.

Así, hay que actuar de inmediato, porque estos problemas empeorarán sin la atención adecuada. No desaparecerán con intensificar la higiene bucal. Mientras más tiempo pase, la enfermedad será más grave.

Igualmente, si se trata de una mucositis, el tratamiento es parecido al de la gingivitis: limpiezas e higienes a cargo del odontólogo en su consultorio. Si es periimplantitis las limpiezas tendrán que ser profundas y repetidas ante el implante afectado, una cirugía resectiva o regenerativa, según el caso, o la extracción del implante dental para limpiar la infección y esperar a que regeneren los tejidos.

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