El cantante Quique González actuará este jueves, 20 de febrero, en el Palacio de Festivales de Santander, donde recalará con motivo de la gira de presentación de su último disco, ‘Las palabras vividas’. El recital empezará a las 20.30 horas en la Sala Argenta y durará 90 minutos sin descanso.

Su nuevo trabajo es una obra «inusual», en la que el cantautor madrileño afincando en Cantabria se enfrenta quizás a uno de los mayores retos de su carrera: el de asumir como propia la voz de su amigo Luis García Montero quien, a su vez, «cede su corazón poético para que palpite en el pecho del músico».

«De todas las dificultades que entraña un proyecto artístico de este calibre, más incluso que la complicación extraordinaria de concebir melodías a la medida de versos ya creados e inamovibles, quizás la mayor sea conseguir que el resultado final, la canción que aúna la música y la palabra, conserve la credibilidad de lo que expresa», destaca el Palacio en su página web.

Y ese reto tan arriesgado -asegura- queda superado en ‘Las palabras vividas’, el primer disco de Quique González en el que el músico no es el autor de los textos y, sin embargo, podría serlo, «de tan naturales que suenan en su interpretación de los mismos».

Y es que Luis García Montero dota a cada una de estas canciones de un «alma propia» y a la vez «común al resto». Con predominio de la primera persona, «en todas sobrevuelan un aire de melancolía y la emoción por lo vivido, que se expande sin limitaciones en la personal voz de Quique González».

Entre las canciones incluidas en el disco figuran ‘Canción con orquesta’, ‘Todo se acaba’, ‘La nave de los locos’, ‘El pasajero’, ‘Salitre’, ‘Mi todavía’, ‘Qué más puedo pedirte’, ‘La canción del pistolero muerto’ o ‘Bienvenida’.

‘Las palabras vividas’ es un «homenaje» a la palabra y a la música, que se completa con ‘Las nuevas palabras’, las estrofas más autobiográficas de García Montero y de las que nace el título del álbum, que también incluye ‘Seis cuerdas’, poco más de un minuto a guitarra y voz que sintetiza el amor que la clase de músicos como Quique González sienten por su oficio.

El resultado es un disco radicalmente distinto a todo lo que el músico ha hecho con anterioridad y que, por tanto, conlleva una parte nada desdeñable de «riesgo», un «viejo conocido» del compositor madrileño, cuya trayectoria se ha sustentado en una «innegociable independencia personal y artística».

Compartir en: