Un conjunto funerario de la época visigoda compuesto por dos depósitos sepulcrales con varios objetos metálicos como una espada, un objeto similar a un machete o un pequeño caldero de bronce, todo en un gran estado de conservación, han sido recuperados de la Galería Basal del complejo kárstico del monte de La Garma, en el municipio de Ribamontán al Monte.

Así lo han anunciado, en rueda de prensa, el vicepresidente regional y consejero de Cultura, Pablo Zuloaga; el director del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Mupac), Roberto Ontañón; y el director del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, Pablo Arias.

El rescate de este conjunto visigodo, realizado el pasado 9 de junio tras su descubrimiento hace un par de años, ha requerido una compleja operación arqueológica, debido a que el conjunto funerario se encontraba en un lugar de muy difícil acceso, al que se llegó tras un recorrido de tres horas y que implicó descender cuatro niveles desde la entrada actual de la cueva, situada 50 metros por encima de esa galería, y avanzar unos 200 metros por el cauce del río.

Los restos humanos y los objetos, en un «excelente estado de conservación», según ha explicado Zuloaga, fueron descubiertos por los investigadores Mariano Luis Serna y Juan Cano, al realizar una exploración por este sector de la cueva descendiendo para recoger muestras de agua del río subterráneo.

Los huesos estaban cubiertos de una pátina negra provocada por la precipitación de óxido de manganeso, que ha podido ayudar a su conservación, y estaban desordenados, debido a que la zona en la que se encontraban se inundaba periódicamente.

Los objetos son una ‘espatha’ o espada larga de doble filo de 85 centímetros de longitud, dos ejemplares de ‘scramasax’ (otro tipo de espada más pequeña, similar a un machete), y un pequeño caldero de bronce llamado acetre.

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