Bajo el título «Ama la paz y odia la guerra», permitirán a los niños acercarse a la historia y al arte del siglo XX.
Los centros educativos podrán solicitar estas actividades, que incluyen la visita guiada a las obras situadas en el Paraninfo de la calle Sevilla, dirigiéndose al Área de Exposiciones de la UC, dependiente del Vicerrectorado de Cultura, Participación y Difusión.
El objetivo de los talleres, que se imparten en horario de mañana concertando las citas en el teléfono 942 202002, es ayudar a los niños a descubrir los cinco murales de Quintanilla sobre la Guerra Civil española, ofreciendo así un interesante acercamiento a la historia al arte del siglo XX. “Hambre”, “Soldados”, “Huida”, “Destrucción” y “Dolor” denuncian el horror y componen toda una elegía sobre la contienda.
El conjunto artístico “Ama la paz y odia la guerra” fue realizado por encargo del Gobierno español para la Exposición Universal de 1939 en Nueva York. Tras décadas desaparecidos, los frescos aparecieron en un cine neoyorquino en 1990. La Universidad llevó a cabo una ardua gestión para conseguir que, en 2007, los frescos llegaran a Cantabria y fueran restaurados gracias al mecenazgo del Banco Santander.
La propuesta didáctica pretende introducir a los escolares en la génesis de la obra de Quintanilla, repasando aspectos técnicos, artísticos e históricos, con actividades que motivarán a los alumnos a completar su visita al conjunto.
Los murales pueden visitarse de forma permanente en el vestíbulo del Paraninfo, en horario de 10 a 21 de lunes a viernes y los sábados de 19 a 21 horas.
Los ‘otros guernicas’
La historia de los frescos de Luis Quintanilla tiene similitudes con la del “Guernica”. La famosísima obra de Picasso también fue un encargo para una exposición universal, en este caso la de París de 1937, y también abordaba los horrores de la guerra. La calidad artística de los cinco murales es innegable pero, a pesar de ello, se sabe que la prensa norteamericana del momento no llegó a comprender bien la obra ya que, finalizada la Guerra Civil, los espectadores esperaban un mayor patetismo y brutalidad en las escenas.