Una treintena de voluntarios han participado en un taller de construcción de hoteles de insectos en el Parque de la Espina, en Limpias.

Esta iniciativa, realizada en el marco del plan Provoca del Gobierno de Cantabria, ha permitido habilitar un refugio para la biodiversidad más pequeña en este municipio.

El objetivo de esta actividad es mejorar medioambientalmente el entorno y acercar a la sociedad a animales por los que «generalmente ha sentido rechazo». También ha tenido un sentido «didáctico», para difundir su importancia ecológica y social. El taller ha sido ejecutado por la Oficina Técnica de Sostenibilidad Rural de la Red Cántabra de Desarrollo Rural, dentro del programa de Educación Ambiental y Voluntariado Provoca de la Consejería de Medio Ambiente.

En un comunicado, la Red ha señalado que la falta de hábitats y el abuso de plaguicidas han «mermado de manera considerable» las poblaciones de insectos a nivel mundial, y «Cantabria no es ajena a ello». Sin embargo, estos animales -comúnmente conocidos como «bichos»- cumplen una importante función para el equilibrio de los territorios, que se benefician de su labor polinizadora y mantienen «a raya» las plagas que pueden ser perjudiciales para el medio natural.

Según David Gutiérrez, técnico de la Red Cántabra de Desarrollo Rural, dinamizan este tipo de actividades por tres motivos: ejecutar líneas de actuación integradas dentro de los planes municipales; fomentar la participación ciudadana a través de un taller familiar; y mejorar unos ecosistemas visiblemente urbanizados.

Esta jornada finalizó con la construcción de pequeños refugios domésticos que cada voluntario se llevó a su casa con el fin de conservar y mejorar la biodiversidad cercana a su hogar. Los hoteles de insectos se han construido con materiales reciclados y propios del ámbito en el que se localizará el refugio para la fauna beneficiaria.

Se hacen unas estructuras que no servirán para atraer insectos, sino que proporcionarán refugio y, además, les «ahorrarán tiempo y esfuerzo en la construcción de sus hogares».

Así, los refugios se hacen con paja, piñas, cañas, palos, tejas y ladrillos, para distintos niveles del hotel construido con palés. Este «hogar» acogerá insectos en distintos periodos del año, desde mariposas y abejas hasta crisopas, mariquitas o tijeretas.

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