El centro penitenciario de El Dueso acoge el último proyecto artístico del enigmático artista santanderino Pejac, reconocido internacionalmente. «Mina de oro» lo forman tres piezas: La forma de los días, Valor oculto y Muros huecos. Tres intervenciones -una de ella realizada en colaboración con los internos- que exploran, de forma conceptual, la esperanza como respuesta humana ante las adversidades.

Esta acción ha sido posible gracias al apoyo de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. A su vez, ha formado parte del programa de tratamiento individualizado del penal.

Pejac es conocido por ser uno de los representantes de arte urbano con mayor proyección fuera de nuestras fronteras, cuya conceptual obra de tinte político y medioambiental se ha dejado ver en las calles de ciudades de todo el mundo, desde Hong Kong a Nueva York, pasando por Moscú, Londres o Estambul.

Durante diez días en el mes de marzo, los muros, patios y corredores del centro se han convertido en su lugar de trabajo, lugar donde hoy puede contemplarse el conjunto de piezas bautizado como «Mina de oro», tres piezas que representan el valor de la condición humana, de su resistencia a la adversidad, de la necesidad de crear y de su deseo ante todo, de dejar una marca.

«Una prisión en sí misma es un lugar envuelto en una dura realidad y, al mismo tiempo, siento que tiene una gran carga surrealista. Es como si solo tuvieras que rascar un poco sus paredes para descubrir la poesía escondida en el interior», dice el artista.

En oposición al hábitat natural en el que suele desarrollarse la práctica artística, «Mina de oro» está concebida como una obra que solo puede ser disfrutada por aquellos que, por derroteros de la vida, se encuentran cumpliendo condena en el centro penitenciario.

Una dimensión que rompe con los códigos tradicionales del arte y que lleva la creación a un ámbito espacial alejado de su entorno habitual; el de las galerías, los museos y la práctica coleccionista.

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